Aviso previo: no pretendo entrar en partidismo políticos. Mi escepticismo y desasosiego político está en cuotas máximas. Este post tiene que ver con una conversación con mi amigo Nacho de Alcoi en una reciente visita.
Últimamente los abusos de una sociedad con abundancia han vuelto a salir a la luz. La corrupción se a vuelto a poner de moda. Sólo hace falta ver cómo crece el número de noticias con «Estafa millonaria» en google.
Ya sea que aparece una de las mayores estafas de la historia, ya sea por trajes, cambios de poder por el bien de todos, jubilaciones millonarias o personas con pasión por la música. Hablamos de cifras que a más de uno no nos entran tan si quiera le entran en la cabeza.
Y uno dice, ¿Como esta gente puede llegar a dormir por la noche? ¿En qué momento perdieron el sentido? Creo que hay dos factores que inciden en ello:
– OPORTUNIDAD: pongamos que vas andando por la calle y te encuentras un billete de 100 euros. No ves a nadie, y lo coges. «He tenido suerte» pensamos y nos alegramos. Pero la verdad es que esto es como la bolsa, cuando tú ganas, alguien está dejando de ganar (perdiendo). Por ello si tuvieramos facilidad de encontrar al propietario ¿nos plantearíamos devolverlo?. De hecho eso debería de ser lo que tendríamos que hacer. En un viaje a Alemania me pasó a mi. Perdí el forfet de esquí de una semana, no nominativo y con dinero dentro. Al darme cuenta, fui a la oficina de información de la estación y comenté mi pérdida. Me pidieron los datos y me fui con la certeza que tendría nunca más lo volvería a ver. Al cabo de un día, me llamaron para comunicarme que un chico joven había devuelto las dos cosas. Eso es civismo. Eso es tener claro que no porque tengas la oportunidad, deberías de dejar de pensar en los demás.
– PRINCIPIOS: en todas las situaciones de oportunidad, se da un proceso de interiorización. Todos necesitamos una justificación interna para poder digerir una situación que nos plantea una cierta lucha interior. He recopilado una serie de principios comunes:
- Antes de que lo haga alguien, pues lo hago yo
- Si tu lo haces, pues yo más.
- Total, si sólo son unos euros
- Si tuvieras oportunidad, tu lo hubieras hecho
- La verdad es que me lo merzco
- No pasa nada, es lo normal
- Si todos lo hacen, yo también
- Tonto el último.
En todas las historias anteriores, en un momento seguro que alguno de los protagonistas utilizó alguna de estas justificaciones, para poder dormir tranquilo por la noche. Y una vez interiorizada, ya está creado un mecanismo mental que nos permite vivir, sin atender a demasiados reparos éticos. Ahí es donde viene la trampa. Esto se ve en la cara de sorprendidos de todas las personas afectadas por haber elegido frente a la oportunidad. Ups, creo que lo que me había justificado internamente que era correcto y resulta que no lo era tanto para la sociedad…
Hace poco el padre de mi socio Dani me decía una gran verdad. El dinero es como el aceite. Allí por donde pasa, deja rastro. Lo pringa todo. Creo que deberíamos todos reflexionar sobre el desarrollo de la sociedad hacia la que vamos. Creo que en educación por la ciudadanía o en religión deberían de poner casos prácticos para que nuestros hijos no caigan en el error de los de arriba.
Algunas lecturas interesantes sobre el tema:
– Blog de Albert Garcia Pujades
– Escuela de tiburones
Y algo de música, por supuesto: jack johnson – good people