Este es un extracto de las notas que tomé en la conversación con Pep Martorell – Director del centro de super computación de Barcelona. Un diálogo excepcional sobre la tecnología, supercomputadores, y el impacto de la ciencia como motor de transformación de la sociedad. ¿Qué es un supercomputador? ¿Para qué sirven? ¿Por qué son importantes? ¿Cómo impacta esto en la sociedad? Son preguntas que vamos a intentar resolver. Gracias Toni Mascaró por organizar el encuentro.
¿Qué es un supercomputador?
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Un supercomputador es un tipo de computadora extremadamente potente y capaz de procesar enormes cantidades de datos y realizar cálculos complejos a una velocidad muy alta. Estas máquinas están diseñadas para llevar a cabo tareas que requieren un gran poder de procesamiento, como simulaciones complejas, modelado del clima, análisis de grandes conjuntos de datos y aplicaciones científicas.
Un supercomputador típico está compuesto por miles de procesadores y una gran cantidad de memoria RAM, lo que le permite realizar cálculos en paralelo y manejar grandes conjuntos de datos. Los supercomputadores también están diseñados para ser altamente escalables, lo que significa que pueden ser expandidos y actualizados con facilidad.
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Para qué sirven los supercomputadores
Los supercomputadores son un instrumento para hacer ciencia.
La ciencia hace siglos que avanza en un diálogo continuo entre teoría y práctica. Este diálogo marca el ritmo del avance de la sociedad.
Cada vez que hay una nueva herramienta nos permite ver una realidad nueva. Por ejemplo, los Microscopios permitieron mirar algo impensable y de repente toda la teoría sobre la medicina cambia.
Lo mismo pasó con los telescopios permiten ver lo invisible hasta hace años y reformular toda la teoría asentada hasta la actualidad. En los casos que no sabemos, se abren nuevas posibilidades. Sobre lo que ya conocemos, resulta que nos obliga a revisar todo lo que dábamos por cierto.
Los supercomputadores son una de estas herramientas que obligan a revisar todas las teorías anteriores.
Porque la ciencia siempre ha encontrado unos límites. Por ejemplo, hay fenómenos que no puedes estudiar individualmente.
El estudio del cambio climático, es muy complejo, hay muchas variables, y poca capacidad de experimentación en la vida real.
Déjame poner otro ejemplo: hay unos 158 mil asteroides en sistema solar. Sabemos las ecuaciones de su movimiento. Por eso necesitamos computadores para analizar todas las trayectorias y poder hacer previsiones sobre su peligrosidad. Hasta ahora se necesitaban décadas para poder calcular un estudio parecido. Hoy en día ya no.
Pero no son sólo para estudios raros. Proyectos que pueden trabajar los supercomputadores es la optimización el tráfico aéreo mundial para reducir el impacto medioambiental en función de la previsión del tiempo o la revisión del impacto de medidas económicas sobre la globalidad de las economías.
Problemas grandes, donde la llegada de los grandes ordenadores y supercomputadores cambia el terreno de juego.
El cambio se resume en esta frase. «¿Para qué quieres experimentar con la realidad, cuando la simulación computacional te permite experimentar en todas las realidades que quieras?»
Ya no hace falta esperar a hacer experimentos cuando se den las condiciones. Se pueden diseñar las condiciones para el experimento.
La capacidad que supone esto en cuanto a validación de hipótesis y teorías da otra dimensión a la velocidad a la que puede evolucionar la ciencia.
Los problemas no evidentes pueden empezar a ser revisados. Al mismo tiempo descubrimos cosas nunca experimentadas.
Estudios clínicos de medicamentos tan populares como el omeoprazol y diocepan dan un valor de eficacia muy alto de forma individual. Pero al revisar miles de casos clínicos se detecta que existe una correlación y que uno inhabilita a otro. Los estudios clínicos son individuales, no combinados con otros medicamentos. Resulta que podemos sofisticar y mejorar los estudios sobre la salud.
Los supercomputadores nos ayudarán a prevenir enfermedades y mejorar la salud de las personas.
Los supercomputadores dan «cuerdas» a la ciencia por las que estirar. Estirar es buscar las razones y tener más cerca una nueva verdad, sin olvidar que la ciencia obliga a asumir que las certezas son temporales.
Para los que hacen ciencia. Estas máquinas abren un campo de exploración. Hay miles de científicos usándolos al mismo tiempo e incluso se reserva una parte de su capacidad para que cualquier estudio pueda tener cabida. Puedes pedir acceso cada 4 meses.
El nuevo reto es pensar diferente. Tenemos que pensar en problemas grandes que puedan resolver estos supercomputadores.
Otras notas sobre los supercomputadores
Obsolescencia y colaboración
Este tipo de tecnología tiene una velocidad de obsolescencia brutal. Implica que cada cuatro años hay que invertir decenas de millones de euros. 200 millones para 4 años suena una inversión al alcance de casi nadie.
Es por eso que instituciones gubernamentales, académicas y privadas les toca apostar por fórmulas de colaboración nunca antes vistas. Por ejemplo, en la UE se han distribuido un marco de trabajo para evitar que cada país vaya a su aire.
Los supercomputadores nos dan la excusa para poder crear nuevas redes de colaboración.
Diseño de Hardware
Es interesante el detalle que un computador se compone de diferentes componentes de procesamiento y de diferentes tecnologías. Dependiendo del tipo de problema es más eficiente el uso de algunos ámbitos vs otros. Es decir en la ‘entrada’ del super computador tenemos un «distribuidor» que encarrila el problema hacia la parte del equipo que resuelve mejor el problema. Es