La Privacidad: Definición y Modelo de Gestión

Uno de lo los factores más comentados sobre la digitalización es el impacto sobre la privacidad. De hecho no paramos de ver ejemplos de casos la utilización de servicios digitales impactan en la vida privada de las personas. Creo que es necesario revisar el concepto y sus implicaciones, ya que creo que hay muchos elementos a matizar.

Definiendo privacidad

Hay un dicho chino que habla de “si no quieres que algo se sepa, no lo hagas”. Creo que todo ser humano tiene derecho a reservar elementos privados para poder desarrollarse sin tener que ser de dominio público, siempre y cuando no vaya en contra de leyes o los derechos de otras personas. Todas las personas tienen pensamientos impronunciables, defectos, vicios que les ayudan a constituirse como personas y confirmar su identidad, que no tienen porque ser de dominio público por los que además sean juzgados. 

Desde mi perspectiva, me gusta asociar la privacidad al derecho del individuo en la gestión activa de su intimidad, de lo que quieren que quede en privado y lo que quede en espacios públicos. El derecho a la privacidad choca de bruces con el desarrollo de las tecnologías de la información. La tecnología, registra las acciones que realizas y no distingue si son elementos íntimos o no. Lo que haces con tu ordenador queda registrado en tu ordenador, lo que haces por internet queda registrado en internet, lo que haces cuando paseas con tu móvil queda registrado. Puedes haber dado permiso para que así sea o no pero lo cierto es que la gran mayoría de tus acciones generan datos que son y serán utilizados por corporaciones. 

Definiendo espacios públicos y privados

El derecho a la privacidad implica la defensa de aquello que no queremos que se haga público y lo que no. Este derecho choca con cómo la tecnología ha llevado todos los ámbitos a un espacio público. Dos ejemplos muy simples: 

Ejemplo1: ¿Facebook es un espacio público o privado? Depende. La privacidad en Facebook se puede gestionar pero no de forma completa ya que no es posible el uso privado 100%.

Muchos servicios que existen en la actualidad utilizan los datos para personalización de servicio o utilización publicitaria. Este valor de lo privado supondrá en muchos casos un gran negocio. El ejemplo más extremo y últimamente muy mediático está en el cobro que se hacía en el servicio de Ashley Madison a los usuarios que querían que su perfil desapareciera de su empresa. Pagar para que borren tus datos o para que no los usen será «el nuevo lujo en la era digital”.

Mi opinión es que no debería de ser un lujo, sino que debería ser un derecho. Yo quiero poder decidir que es lo que las empresas pueden hacer con los datos que genero. Sé que las empresas abusarán de los datos, los utilizarán más alla de los usos que he cedido, por ello, antes de que ocurra, creo que es responsabilidad de todos reclamar por el derecho a la gestión de los datos individuales. 

Ejemplo2: Estás por la calle y estás discutiendo con tu pareja. En ese momento alguien te graba con su móvil y lo publica en las redes sociales.

Un acto personal, en un espacio público ¿Tiene derecho a gestionar ese contenido? En algunas ocasiones se ha hablado de “depende del uso que se haga”. La gestión y publicación debe respetar una serie de reglas como el afán de lucro, el derecho al honor o a la información. Veremos como el derecho a la privacidad chocará y estipulará nuevas reglas. 

Modelo de gestión de la privacidad

Saber diferenciar entre lo público y privado es una necesidad de los individuos en la era digital en la que estamos inmersos, pero es que además debemos saber diferenciar entre los espacios personales y profesionales. Ultimamente veo muchos ejemplos de políticos que haber compartido un comentario personal en un espacio público les ha provocado serios problemas en su carrera. Si eres un sirviente público, deberías de entender que tu opinión personal será utilizada. En mi caso me ayuda el siguiente esquema: 

Privacidad-2

La gestión de estos cuatro cuadrantes en una competencia profesional imprescindible para cualquier profesional que quiera trabajar en esta época.

Algunas reflexiones

  • La marca personal dentro de entornos corporativos – Algunos profesionales se han apoyado en tener acceso a mucha información confidencial que al compartirla les ha construido marca personal. Creo que este espacio cada vez será más limitado. Muchas empresas tienen normas rigurosas sobre qué compartir y lo que no a sus empleados. 
  • Monitorizar es aprender – He visto a muchas empresas retrasmitir en twitter su convención de ventas, cuando se trata de elementos confidenciales que no deberían de compartirse en un espacio público. Esta dejadez, en muchos casos no se aprovecha desde la perspectiva de competencia. Pocas empresas siguen al detalle de lo que hacen sus competidores y las personas que trabajan en ellos. Están muy ocupados con lo suyo. 
  • La descontextualización digital: Se suele compartir aquello que es “moneda social” que interesa a un red pública y que puede ser compartido.  La dificultad que podemos encontrar es la descontextualización que provoca lo digital. Una foto fuera de contexto en un espacio digital público puede generar muchos problemas para el desarrollo profesional de una persona. 
  • Tendencia a lo privado. Hay un cambio grande en los últimos dos años de las conversaciones en twitter y facebook a redes algo «más privadas” como whatssup. A pesar de esa traslación de gran parte de las comunicaciones queda por ver cual será el sistema que utilizaremos cuando queramos comunicarnos con 100% de privacidad. 

Espero que os haya parecido interesante. 

Actualización: Mi amigo @lgarcia de @SocialMood, me envía este video que creo necesario para complementar este post.  Imprescindible

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2 Responses
  1. Me encanta que acerques el tema de la privacidad!!! Ya es hora de que más voces del sector de las empresas lo haga. Buen artículo!

    Sólo me gustaría, si me permites, añadir unos apuntes: en EEUU el debate de la privacidad está más avanzado aunque suene a paradoja. La semana pasada leía un ejemplo concreto que hará daño al sector de las apps a una escala considerable. Han revelado que más del 60% de los usuarios deciden NO descargarse una app por los recelos que le generan las condiciones y peticiones de acceso a esos datos (Pew Research Institute), aun incluso cuando no se las miran al detalle.

    Otro detalle. La privacidad no es que debería ser un derecho. Es un derecho, según los Derechos Humanos declarados por la ONU. Más aun, creo que fue en el primer semestre que decidieron especificar dicho derecho con el derecho al anonimato, y creo que a poder decidir si dar datos. Ahí está todo el debate sobre el conflicto entre lo que se debería poder trackear y lo que no.

    Y ya acabo, en ciencias sociales se comienza a utilizar un nuevo eje. Lo público y privado en la red no tienen tanto el mismo sentido, se prefiere hablar del nuevo paradigma «abierto/cerrado» y sirve para la Investigación ética pero también más ágil en redes sociales (net-nografías), por ejemplo. Un caso: menganita tiene un facebook en el que se ven algunas de sus publicaciones si no eres amigo suyo, y otras que no porque ha decidido ponerlas visibles solo para sus amigos más íntimos. Según la lógica público/privado, unos dirían que lo tiene todo público «porque lo puedes ver», otros que mitad/mitad. En realidad lo tiene «cerrado», pues ella considera que su perfil tiene una función íntima y sobrensu identidad y » sus cosas», no lo publica con la intención de que se distribuya o use esa información, sino para su audiencia, sus contactos. En cambio, si ella publica en un blog, esa información es » abierta», claramente para su uso y disfrute a la escala que se desee.

    Saludos!
    Elisabet

  2. […] Hablamos con mucha ligereza del tema de nuestros datos. Resulta que hemos delegado todos los datos de nuestro comportamiento digital – y no digital – en grandes empresas que seguro los tendrán a buen recaudo (=sarcasmo). Seguro que los usarán en pro de tu bien, ya que tu no sabrías utilizarlos. Pero igual deberíamos plantearnos quién tiene derecho sobre “mis datos”. Es importante recordar: nadie se comporta igual cuando se siente observado. . A mi me gustaría poder decidir, entender e incluso valorar la cesión parte de ellos. Mi ideología, mis inclinaciones sexuales, mi red de personas con los que tengo relación y los que no, o la forma de entretenimiento son datos que se extraen con mucha facilidad de nuestro comportamiento digital. ¿Igual son temas que deberíamos autorizar no os parece? o Deberíamos hablar si un estado o empresa se interesa por ellos, ¿no creeis? . Por otro lado, ¿Cuanto valen tus datos? ¿Cuanto han ganado google o Facebook con tus datos? Hay estudios que están trabajando sobre ello pero las primera cifras son abrumadoras. Igual sale a cuenta pagar un dinero y que puedas disponer de servicios digitales que ahora son a cambio de mis datos ¿No?. Leer más sobre privacidad . […]

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