Parece que los datos tienen que ayudarnos a tomar buenas decisiones, pero… ¿Qué son las buenas decisiones? Una buena decisión, ¿Es solo aquella que aciertas? Antes de exigirle a los datos que nos ayuden a acertar igual deberíamos de definir qué es una buena decisión.
En algún momento he hablado sobre el tiempo y las decisiones, hoy me gustaría enfocarme a las buenas decisiones.
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Empezamos con un ejemplo
A finales del año 2019, una empresa muy conocida decidió invertir en el cambio de oficina y pasó a una oficina más grande. Su previsión era que iba a crecer un 20% de su plantilla en los próximos años así que necesitaban más espacio. En Enero de 2020 estrenaba unas oficinas con muchas áreas comunes y cada departamento tenía espacio para crecer en los siguientes años.
Como bien sabes, en marzo del 2020 llegó el confinamiento fruto de la pandemia del covid y todo el mundo tuvo que ir a su casa y trabajar a distancia. Las nuevas oficinas se quedaron vacías. Pasados los años, las oficinas han quedado sobre-dimensionadas, el retorno a la nueva forma de trabajo es diferente y la dirección ha decidido remodelarlas y quedarse solo con la mitad del espacio
La pregunta es ¿Fue una buena decisión el cambio de oficina?
Si lo pensamos, con los datos de ese momento, el cambio de oficina era lo correcto. Todos los que estáis viendo este video seguro que hubieras tomado la misma decisión. Todos en el comité de dirección pensaban que era una buena decisión. Lo que ocurre es que el resultado a posteriori no ha sido lo que se esperaba.
Al otro lado del mundo, también a finales de 2019, una empresa que produce mascarillas, está en plena crisis y el propietario quiere venderla. Los números no salen. Tiene 3 fábricas, 100 empleados. En dos de las fábricas tienen una rotación de personal muy grande, y la tercera necesita invertir para actualizar varias de las máquinas.
La directiva está desmotivada y pasan de año a año con resultados muy pobres. El principal propietario ha recibido una oferta de compra de un fondo de inversión que le pagarían 1M Euros por cada fábrica. Justo el día que iban a firmar hubo un problema en la notaría y la firma se aplazó. Pasados 5 meses en plena pandemia la oferta se multiplicó por 3. Pasados 2 años la oferta era 10 veces superior.
Analizando las decisiones
Este ejemplo nos hace entender que hay tres elementos en las tomas de decisiones.
- Cuál es la decisión
- Cuál es el resultado esperado
- Cuáles son las razones por las que tomamos esa decisión.
El primer cuadrante, el cuadrante A habla de si has hecho un análisis Correcto y el resultado era deseado. Este sería el cuadrante de las buenas decisiones.
Si has hecho un análisis correcto pero el resultado es el cuadrante B que son las decisiones de aprendizaje. Se aprende de los errores, pero para ello es necesario aprender las circunstancias que no han funcionado.
El tercer cuadrante, el cuadrante C es el de las decisiones afortunadas. Son decisiones que consigues el resultado pero que tu análisis e interpretación son correctas.
El último cuadrante tiene que ver con las malas decisiones. Son aquellas que tu lectura es incorrecta y que el resultado es el opuesto de lo que querías conseguir.
Revisando los ejemplos
En el primer caso, el de la ampliación de la oficina, la decisión se tomó en base a unos datos ciertos de crecimiento, por lo que la decisión estaba bien tomada. Lo que ocurrió es que una incidencia no predecible, alteró el escenario llevando a un mal resultado.
En el segundo caso, el empresario había obviado una información existente tomando una decisión perjudicial. La misma incidencia impredecible le llevó a ganar mucho dinero con aquella mala decisión.
El aprendizaje más importante tiene que ver con entender que las buenas decisiones no tienen nada que ver con haber conseguido el resultado esperado, sino con haber realizado un proceso de análisis que les permitan aprender y crecer.
Reflexiones
Nuestra vida está llena de decisiones. Si fuéramos capaces de aprender cada vez que no conseguimos lo que buscábamos, entonces crecemos.
Para ello necesitamos un método que mejore nuestra forma de gestionar la información, y que nos permita certificar las decisiones y aprender de ellas. Este método tiene que ver con ser disciplinado en documentar las decisiones tomadas y por otro lado alimentar cada uno de estos pasos con datos que objetivicen, por un lado, el análisis y por otro los resultados obtenidos.
Sin datos es difícil certificar que las decisiones han sido buenas por ello os proponemos a continuación un recorrido por la toma de decisiones y donde los datos alimentan y nutren esta forma de tomarlas.
Esto lo veremos otro día!
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